El Señor está cerca: Martes 21 Julio
Martes
21
Julio
Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot [a los dos ángeles], se levantó a recibirlos, y se inclinó… y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies… [Los hombres de Sodoma] respondieron… Vino este extraño para habitar entre nosotros, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos… Entonces los varones [los dos ángeles] alargaron la mano, y metieron a Lot en casa con ellos, y cerraron la puerta.
Génesis 19:1-2, 9-10
Lot (4)
Juez en Sodoma

Lot había sido capturado junto con la gente de Sodoma, pero fue rescatado por Abraham y regresó nuevamente a su casa. Más adelante, lo encontramos sentado a la puerta de aquella ciudad corrupta, ocupando un puesto de autoridad. Cuando dos ángeles, con aspecto de viajeros, llegaron a la ciudad, Lot los invitó de inmediato a su casa, con la intención de mostrarles hospitalidad y protegerlos de los hombres de Sodoma. Los ángeles, aunque de manera reticente, aceptaron su invitación. Entonces, Lot les preparó un sencillo banquete de panes sin levadura.

Aquella misma noche, los hombres de Sodoma, tanto jóvenes como ancianos, se congregaron frente a la casa de Lot, exigiéndole que entregara a sus huéspedes para satisfacer sus deseos perversos. Lot, saliendo hacia ellos y cerrando la puerta tras de sí, les suplicó: “Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad”. En un intento desesperado, incluso ofreció a sus propias hijas, pero todo fue en vano. Su esfuerzo por disuadirlos solo lo puso en peligro, del cual fue rescatado por los ángeles. Todos los intentos de este “justo”, que “afligía cada día su alma justa” (2 P. 2:8), por mejorar la moral de Sodoma resultaron completamente infructuosos. Solo consiguió el odio de aquellos a quienes se dirigía familiarmente como “hermanos”.

Del mismo modo, el cristiano enfrenta el odio de un mundo que ha rechazado las normas morales de Dios. Cuando los creyentes intentan promover los principios divinos por medios políticos, el mundo protesta ruidosamente. Sin embargo, Dios no llama a los suyos a reformar el mundo mediante la política, sino a separarse del mal.

Eugene P. Vedder, Jr.