El Señor está cerca: Jueves 16 Julio
Jueves
16
Julio
Dime, amado de mi alma: ¿Dónde apacientas tu rebaño? ¿Dónde lo haces descansar al mediodía? ¿Por qué he de ser yo como una que se cubre con velo junto a los rebaños de tus compañeros?. Si tú no lo sabes, ¡oh la más hermosa de las mujeres!, sal tras las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.
Cantar de los Cantares 1:7-8 NBLA
¿Dónde mora el pastor?

Estos versículos forman parte de una retrospectiva que nos transporta al momento en que la sulamita conoció a su amado. Su pregunta refleja que ha sido atraída por el amor de su amado: quiere saber dónde él mora, dónde se alimenta, dónde descansa –al igual que los discípulos de Juan 1:38, quienes preguntaron: “Maestro, ¿dónde moras?”

El hecho de que ella lleve un velo sugiere que se ha apartado para vivir en bondad y pureza (véase Cnt. 4:1; 5:7 NBLA). Se guarda para su amado, y nada, salvo el amor y la compañía de su amado, podrá satisfacer su corazón. Solo su presencia puede satisfacerla.

La respuesta del amado evoca la restauración de Pedro cuando el Señor le dijo: “Apacienta mis corderos” y luego añadió: “Sígueme” (véase Jn. 21:15-19). Así también, para hallar alimento espiritual y descanso en la presencia del Amado, debemos seguir sus pisadas, andar donde él anda y cuidar de quienes él ama. “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor” (Jn. 12:26).

La palabra “seguir” (RVR1960) en este pasaje tiene el sentido literal de salir. La Epístola a los Hebreos nos exhorta a salir a él, “fuera del campamento”, es decir, a dejar atrás el sistema religioso del hombre –aquello que presenta la salvación como fruto de las obras, del carácter, de los rituales o de las ordenanzas.

De hecho, en Apocalipsis 3:20, se nos presenta al Señor fuera del campamento tibio de la cristiandad profesante, llamando a la puerta para poder entrar. Sin embargo, ¡cuán maravillosa es su promesa inquebrantable, dirigida a los creyentes sinceros que anhelan su presencia: “Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18:20)!

Tim Bouter