La Buena Semilla: Domingo 28 Noviembre
Domingo
28
Noviembre
Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
Hebreos 13:7-8
La partida de Elías
Lea 2 Reyes 2: 5-14

El final del servicio del profeta Elías es extraordinario: un carro de fuego y caballos de fuego lo llevaron vivo al cielo (v. 11). Casi mil años más tarde lo vemos en una montaña, hablando con Jesús de la muerte que Cristo iba a “cumplir” en Jerusalén (Lucas 9:31).

Eliseo, quien sería su sucesor, lo acompañó en esta última etapa antes de su partida. Sabía que su maestro iba a dejarlo. Otros profetas también lo sabían, y le dijeron: “¿Sabes que el Señor te quitará hoy a tu señor de sobre ti?”. La respuesta de Eliseo muestra su emoción: “Sí, yo lo sé; callad” (cap. 2:5). Para él significaba un doloroso duelo. Incluso la entrada majestuosa en el cielo abierto no impedía su tristeza.

Cristianos, cuando perdemos a un ser querido que había depositado su confianza en Jesucristo, somos consolados al saber que está con su Salvador, pero el duelo es real y el sufrimiento profundo. Debemos continuar el camino solos, y a veces retomar la antorcha del desaparecido, como Eliseo tomó el manto de su maestro y continuó su obra.

Al igual que Eliseo, podemos clamar a Dios. Los que nos acompañaron un tiempo en el camino de la fe se fueron, pero Dios no nos deja solos. ¡Él se ocupó de ellos, y también se ocupará de nosotros!

El Señor dijo: “No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré” (Hebreos 13:5-6).

Job 34 – Colosenses 1:15-29 – Salmo 135:1-7 – Proverbios 28:21-22