¡El Señor Jesús es tu Salvador y nunca soltará tu mano! Él te ayudará desde los primeros pasos de la vida cristiana. Fuiste a él mediante la oración, así que continúa y mantente en contacto constante con él. Dirígete a él con estas sencillas palabras: Señor Jesús.
Él, el buen Pastor, te responderá. Reconocerás su voz cuando lo escuches, cuando leas la Biblia. Y al leerla fortalecerá tu fe y la hará crecer (Romanos 10:17). A través de ella encontrarás valor y paz interior y te sentirás feliz de seguir tranquilamente al buen Pastor.
A sus ovejas les da la vida eterna (Juan 10:28). Así que están a salvo: “Nadie las arrebatará de mi mano”, nos dice. Esto implica que el mundo en el que vivimos es hostil a quienes, como testigos de Cristo, aman lo que es bueno.
Tu relación con él es personal y única, pero Jesús se dirige a sus ovejas, a su rebaño en la tierra. El Señor quiere reunir a sus ovejas. Si sigues a este Pastor, él permitirá que te encuentres con otros creyentes, vivas donde vivas.
La compañía de otros creyentes es muy útil para leer la Biblia, orar y cantar juntos. Estas actividades, dirigidas por el Señor Jesús y su Espíritu, mantienen y fortalecen al rebaño en la fe (Colosenses 3:16).
¿Te preguntas qué te califica para ser llamado cristiano? Es ser bautizado en el nombre del Señor Jesús (Hechos 2:41). Pero eso conlleva una responsabilidad, es decir, ser discípulo de Cristo debe tener consecuencias visibles en tu vida.