La Buena Semilla: Jueves 4 Junio
Jueves
4
Junio
El Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Romanos 15:13
Para asirnos de la esperanza… la cual tenemos como segura y firme ancla del alma.
Hebreos 6:18-19
La esperanza y la desesperación

Esperanza es una palabra maravillosa, que puede infundir valor a todo el mundo. Pero, ¿cómo podemos tener esperanza? El futuro es sombrío: epidemias, catástrofes humanitarias y ecológicas, inmoralidad… Sin embargo, los psicólogos siguen diciendo que tenemos que vivir con esperanza… ¿Qué tipo de esperanza? Esperamos lo mejor y entonces ocurre algo inesperado, un fracaso, una enfermedad grave, un accidente… e incluso la muerte. Nadie puede controlar su propio futuro. Y sin embargo, llenos de ilusiones y de confianza en nuestra capacidad, seguimos esperando, intentando ser positivos, hasta que nos desilusionamos y llegamos a la desesperación.

En la Biblia, la esperanza, lejos de ser un optimismo o una expectativa incierta, significa seguridad basada en el Dios de la esperanza, el Verdadero. Él es la verdad, y su Palabra, la Biblia, es verdad. Él quiere darle una felicidad presente y eterna, un futuro y una esperanza (Jeremías 29:11). ¡Para ello entregó a su Hijo! Quien cree en Jesús, que murió en la cruz para borrar los pecados, ¡encuentra la paz con él y la vida eterna! Cristo llena su corazón; su confianza se basa en él, en lo que es, en lo que ha hecho, en lo que promete. El cristiano que se apoya en estas certezas puede afrontar con serenidad las pruebas temporales de la vida y contemplar la muerte con la expectativa segura y firme de una eternidad bienaventurada con Jesucristo, a quien él mismo llama “nuestra esperanza” (1 Timoteo 1:1).