La Buena Semilla: Domingo 7 Febrero
Domingo
7
Febrero
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia… sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Efesios 4:31-32
Amargura o amor? (2)

Como vimos ayer, el que cree en el amor de Dios, quien dio a su Hijo unigénito, se beneficia de su gracia; recibe un pleno perdón por sus pecados y la vida eterna. ¡Una paz profunda viene a llenar su ser! Entonces puede amar, pues la Biblia dice que “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5). Si amamos a Dios, porque él nos amó primero, también debemos amar a nuestros hermanos (leer 1 Juan 4:20-21). Esta es la consecuencia justa, pero también el deseo de todos aquellos en quienes habita este amor divino.

Amigos cristianos, seguramente ya nos hemos encontrado en una situación parecida, en la que nos dejamos sumergir por sentimientos de amargura, los cuales alimentan el rencor. Estamos como en un callejón sin salida. Nuestra paz y nuestro gozo en Cristo desaparecen. La Biblia nos pone en guardia contra esto: “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” (Hebreos 12:15).

Cuando sentimientos así nos invaden, vayamos al Señor Jesús. Miremos hacia la cruz; el recuerdo de sus sufrimientos sacará de nuestros pensamientos toda amargura, odio o resentimiento. Saldremos de nuestro callejón sin salida para hallar el camino del perdón. La mayor injusticia cometida por el hombre fue la de crucificar al Salvador. En la cruz, Jesús dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). ¡Qué amor!

2 Samuel 1 – Mateo 24:1-28 – Salmo 20:1-5 – Proverbios 8:1-11