La Buena Semilla: Domingo 27 Junio
Domingo
27
Junio
Esta es la confianza que tenemos en él (Dios), que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
1 Juan 5:14-15
Comando de voz

Mi tía es anciana y vive sola cerca de mi casa, pero por medio de su voz puede marcar mi número telefónico automáticamente. Sabe que basta llamarme por mi nombre para recibir ayuda en todo momento. Y es justamente lo que hace, incluso para los más pequeños problemas.

¡Hagamos como ella! Aprovechemos la relación permanente que existe entre la tierra y el cielo: una línea que nunca está ocupada. Basta con pronunciar el nombre de Dios, y ya tenemos la seguridad de que él nos oye.

La oración no consiste en recitar frases de memoria en cualquier circunstancia, sino en un contacto directo y personal con nuestro Creador, para pedirle su ayuda. Jesús habló de un hombre que hizo una oración muy breve: “Dios, sé propicio a mí, pecador” (Lucas 18:13). ¡Y fue perdonado inmediatamente!

El cristiano también sabe que puede orar al Señor para contarle sus pequeños problemas cotidianos. Tenemos un Dios muy grande, para quien nada es demasiado pequeño cuando eso tiene que ver con sus hijos. ¡Nunca lo cansaremos! Un niño no teme molestar a sus padres para que le saquen punta al lápiz, le amarren el cordón de su zapato o respondan a sus múltiples preguntas, incluso si son inocentes y formuladas en un lenguaje infantil.

“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos” (Mateo 6:6-7).

Daniel 1 – 2 Timoteo 3 – Salmo 77:1-9 – Proverbios 18:6-7