En un mundo donde se duda de todo, donde es difícil encontrar algo estable, ¿se puede hallar la seguridad para el alma? La Palabra de Dios, recibida por la fe, puede responder a las preguntas del alma.
La Biblia dice: “El que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra… El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” (Santiago 1:6, 8). Dios quiere darnos certezas, solo nos pide que confiemos en él. Es digno de ello, pues nos ama y lo demostró dando a su Hijo para salvarnos.
¡Pongamos a prueba la Biblia, su Palabra!
Si dejamos que el mensaje de la Biblia actúe en nuestro corazón, reconoceremos la verdad como si nos mirásemos en un espejo. Nos veremos tal como somos, es decir, pecadores incapaces de salvarnos a nosotros mismos. Sin embargo, por la fe, como Job, podremos afirmar: “
Depositemos nuestra confianza en Jesucristo. Dios nos dará, con la fe, paz y certezas. No olvidemos estas palabras de Cristo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).
Palabras de aliento del apóstol Pablo:
– “Ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados” (Hechos 20:32).
– “Vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa” (Efesios 1:13).
Joel 3 – Marcos 15:1-20 – Salmo 60:6-12 – Proverbios 15:27-28