La Buena Semilla: Martes 5 Mayo
Martes
5
Mayo
(El apóstol Pablo contó:) Me rodeó mucha luz del cielo; y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues.
Hechos 22:6-8
¡Saulo, Saulo! (8)
Lectura propuesta: Hechos 9: 1-30

Relato bíblico: Saulo, joven e impetuoso, pensaba que debía “hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret” (Hechos 26:9). Perseguía a los cristianos hasta llevarlos a la muerte. Pero yendo a Damasco para capturar a otros, una luz resplandeciente que venía del cielo lo cegó, y escuchó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Aterrado y ciego, respondió: “¿Quién eres, Señor?”. Entonces Jesús se reveló a Saulo, quien llegaría a ser el apóstol Pablo, evangelizaría varios países del imperio romano y escribiría una parte de la Biblia.

Aplicación: ¿Qué hacía Saulo? Perseguía a los cristianos. ¿Qué le dijo el Señor? “Yo soy Jesús, a quien tú persigues”. ¡Es una lección básica! Haciendo mal a los creyentes, Saulo no solo atentaba contra el recuerdo de un Hombre que había vivido y enseñado en la tierra, sino que se oponía a Aquel que está vivo. Perseguía a Jesús quien acababa de hablarle mediante “una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol” (Hechos 26:13).

¿La voz del Señor ha resonado en mi corazón? Quizá no como para aterrarme físicamente, sino para llevarme a decir: ¡Señor Jesús!, para que lo reciba como mi Salvador, como “Señor mío, y Dios mío” (Juan 20:28).

Esta voz del Señor también me interpela por mi nombre, y me dice: “Estos creyentes a los que tal vez critiques están unidos a mí”. Sí, al rechazar a los creyentes, uno rechaza al Señor, y al amarlos, uno ama al Señor.

Isaías 49 – Marcos 7:24-37 – Salmo 52 – Proverbios 14:33-34