El Señor está cerca: Miércoles 11 Febrero
Miércoles
11
Febrero
Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza.
Oseas 2:15
El valle de Acor (2)
El valle de la esperanza

El juicio de Dios cayó sobre Acán y su familia en el valle de Acor debido a su desobediencia (véase Jos. 7:24-26). Este acontecimiento, además de su significado inmediato, tiene una aplicación profética acerca de lo que le sucederá a Israel en el futuro. “Acor” significa «problemas», y los judíos enfrentarán dificultades sin precedentes durante la gran tribulación (Jer. 30:7; Mt. 24:21).

El profeta Oseas retoma este tema: Israel, representado como una esposa infiel, ha sido desobediente, pero Dios la atraerá nuevamente a sí mismo a través de la tribulación y lo bendecirá en el milenio. “He aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón” (v. 14). Este “desierto” no es el que atravesaron bajo la conducción de Moisés, sino que se trata de un futuro tiempo de tribulaciones: “Os traeré al desierto de los pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara” (Ez. 20:35; cf. Ap. 12:6, 14). Pero el desenlace final será la restauración: “Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza” (v. 15).

El lugar de la turbación se transformará en un lugar de esperanza. Después de esto, Israel será bendecido en el reino, y vendrá la paz mundial: “Te haré dormir segura [a Israel]” (v. 18; véase vv. 17-22).

El valle de la angustia se convertirá en el valle de la esperanza. Esto también es aplicable a nosotros como cristianos. Nuestra desobediencia puede traer dificultades y la disciplina de nuestro Padre (véase He. 12:5-11). Sin embargo, si hemos pecado, podemos ser restaurados al confesarlo. Incluso del fracaso, Dios puede hacer surgir bendición por medio de su bondadosa soberanía.

Recordemos siempre que él es el “Dios de esperanza” (Ro. 15:13), y ninguna situación es demasiado oscura o difícil como para que su luz y su misericordia no puedan alcanzarnos.

Brian Reynolds