La Buena Semilla: Miércoles 9 Junio
Miércoles
9
Junio
(Jesús dijo:) No queréis venir a mí para que tengáis vida.
Juan 5:40
Mirad que no desechéis al que habla… al que amonesta desde los cielos.
Hebreos 12:25
Decir sí a Dios

En una de sus obras, el célebre biólogo Jean Rostand (1894-1977) escribió: “Le dije no a Dios, afirmando las cosas un poco brutalmente, pero a cada instante la pregunta resurge… Y me digo: ¿Es posible?”. Atraído constantemente por las maravillas de la naturaleza que no podría atribuir al azar, este hombre se negaba a reconocer la mano de Dios en ella.

La base de la fe es responder sí a la invitación de Dios. La bondad de Dios nos invita a arrepentirnos para ser salvos, pero no nos obliga a hacerlo.

Decir no a Dios es rechazar los llamados de su gracia, que nos hace de diversas maneras; por ejemplo a través de las maravillas de la naturaleza, un mensaje del Evangelio, una conversación con un creyente, o la voz de nuestra conciencia.

Pero, ¿cómo “decir sí a Dios”? Imagínese que está en una habitación cuyas persianas cerradas impiden que la luz del sol entre. ¡Para que la luz llegue basta con abrir las persianas! No se trata de fabricar la luz, sino de dejarla entrar, quitando el obstáculo que le impide expandirse. Sucede lo mismo en el ámbito de la fe. ¿Cuáles son los obstáculos entre Dios y nosotros? Dejémonos iluminar por la luz que viene de lo que él nos dice en la Biblia. Pidámosle que Jesús, quien es esta luz, muestre en nuestra vida todo lo que se opone a él, y que llene nuestro corazón de sus pensamientos y su amor. Jesucristo quiere entrar como huésped y salvador. ¡Decir sí a Dios significa confiar en él en todas las cosas! Ahí empiezan la paz y las certezas.

2 Reyes 10 – Romanos 15:1-13 – Salmo 69:1-8 – Proverbios 16:33