La Buena Semilla: Martes 15 Septiembre
Martes
15
Septiembre
La paciencia (produce) prueba; y la prueba, esperanza.
Romanos 5:4
Os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
Hebreos 10:36-37
La paciencia

Todos los jardineros saben que las malas hierbas parece que siempre crecen más rápido que las buenas. Con paciencia hay que escarbar, sacar los brotes inútiles, podar, para al final obtener buenos resultados. La impaciencia no permite apreciar los encantos de un jardín o de un huerto. Después de haber sembrado es necesario esperar para disfrutar la belleza de las flores o una buena cosecha de frutas y verduras.

Muy a menudo, nuestro orgullo nos impide soportar las situaciones o las personas que son como un estorbo en nuestro camino. Nos gustaría que las cosas fueran en el sentido que hemos previsto, ¡y rápido! No nos tomamos el tiempo para esperar que los obstáculos desaparezcan.

Y yo, ¿he aprendido la paciencia?

¿Qué paciencia? La de la fe que deja a Dios el tiempo para actuar. Cuando confío en él, él interviene y a menudo da una solución mejor que todas las que yo hubiese podido obtener por mis propios medios. Al contrario, una reacción precipitada puede generar conflictos y producir efectos dolorosos para mí mismo y para los demás. En las situaciones difíciles, solo a través de la paciencia haré la voluntad de Dios.

Poniendo mi confianza en el Señor, con una actitud paciente, aprenderé a soportar las pruebas. Las mayores lecciones de la vida del cristiano a menudo son aprendidas en los días difíciles. La Biblia declara: “La prueba de vuestra fe produce paciencia” (Santiago 1:3). ¿Soy consciente de la paciencia que Dios, mi Padre, tiene conmigo?

Jeremías 48:1-27 – 2 Corintios 4 – Salmo 105:37-45 – Proverbios 23:13-14