Felipe… le anunció el evangelio de Jesús.
En seguida predicaba a Cristo… diciendo que este era el Hijo de Dios.
– Felipe fue enviado por Dios a encontrarse con el intendente de la reina de Etiopía, quien administraba las riquezas de esta poderosa reina. El mensajero de Dios no le expuso teorías sobre las distintas religiones, ni sobre las ventajas del cristianismo frente a otras religiones. Fue directamente al grano y le anunció la buena nueva de Jesús. Esta fue la esencia del mensaje que Dios le ordenó llevar a ese rico e importante hombre.
– El apóstol Pablo acababa de hallar a Jesucristo, y de reconocer en él al Mesías, a quien, sin saberlo, perseguía ferozmente atacando a los cristianos. Pero cambió radicalmente: se convirtió y comenzó a predicar a Cristo en su entorno. ¿Qué mensaje transmitiría? Como Felipe, predicó a “Jesús… diciendo que este era el Hijo de Dios”, e insistió en la majestad de Aquel que acababa de transformarlo en lo más profundo de su ser.
Más tarde, escribiendo a los cristianos de Corinto, confirmó nuevamente: “Nosotros predicamos a Cristo crucificado” (1 Corintios 1:23).
El evangelio de Jesucristo (Marcos 1:1) no es un conjunto de doctrinas. Presenta a una Persona viva que nos ama y se interesa por nosotros para salvarnos.
Las religiones cubren el exterior, ¡pero Jesús transforma interiormente! ¡La diferencia es inmensa!
El mensaje esencial que deseamos transmitir en este calendario es: Jesucristo, el Hijo de Dios, fue crucificado y luego resucitó para salvar a todos los que creen en él.