La Buena Semilla: Domingo 8 Febrero
Domingo
8
Febrero
Arrepentíos, y creed en el evangelio.
Marcos 1:15
Su benignidad te guía al arrepentimiento.
Romanos 2:4
Ha dado Dios arrepentimiento para vida.
Hechos 11:18
¿Tenemos que pagar por nuestras faltas?

El camino hacia Dios pasa por el arrepentimiento. Jesús lo ilustró en la parábola del hijo pródigo (Lucas 15). En este pasaje podemos leer la historia de un joven que reclamó su parte de la herencia, luego se marchó de casa y despilfarró todo lo que había recibido, viviendo en el libertinaje. Cuando ya no le quedó nada, volvió en sí y se dijo: “Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti ya no soy digno de ser llamado tu hijo”.

El arrepentimiento es ante todo una toma de conciencia de mi culpa y un retorno a lo que es verdadero. Es un regreso al Dios bondadoso. Él conoce toda mi historia; por grave que sea mi pecado, yo confío en su misericordia.

Pero existe un falso arrepentimiento. Nos gustaría compensar el mal que hemos cometido haciendo buenas obras, o incluso sufriendo. Un amigo mío, que tenía serios problemas, solía decir: «Así pago un poco por mis pecados». ¡Eso es orgullo! ¡Dios no nos pide que nos castiguemos!

El arrepentimiento es un cambio interior completo de conciencia y corazón. Nos lleva a ver todos los aspectos de nuestra vida como los ve Dios. Descendemos a lo más profundo de nuestros actos y pensamientos para juzgarlos delante de Dios como él los juzga, pero también podemos confiar en su inmensa bondad, que quiere perdonarnos. Dios concede este perdón gratuitamente, sobre la base del sacrificio de Cristo. En la cruz, Jesús pagó tomando sobre sí, en nuestro lugar, el castigo que merecíamos. ¡Este sacrificio lo hizo una vez para siempre!