Sucedió en 2015 en Madagascar, una isla del Océano Índico donde las condiciones de vida son muy difíciles. Una iglesia del sur de la isla pidió Biblias a la biblioteca cristiana de Antananarivo. Un pequeño camión de color verde cargado con 1300 Biblias emprendió el trayecto de 700 km. para llegar a su destino. Los responsables querían aprovechar para vender parte de las Biblias en los pueblos por los cuales pasaban. El vehículo se detuvo muchas veces, pues las carreteras estaban en pésimo estado. Afortunadamente el teléfono portátil funcionaba muy bien, y de un pueblo a otro se avisaba la llegada del camión verde. En cada pueblo la gente se amontonaba para comprar a bajo precio ese precioso libro. Era tanta la demanda que a mitad del camino ya no quedaban más Biblias y el conductor tuvo que dar media vuelta para ir a buscar más.
Amigos cristianos, tal vez en nuestro país no vemos tanto interés por la Biblia, y quizá nuestro celo por la evangelización disminuye. Pero este ejemplo nos muestra que “la palabra de Dios no está presa” (2 Timoteo 2:9) y que las necesidades son inmensas. ¡Estemos listos para responder! Incluso sin ir como misioneros, hay muchas formas de participar en este trabajo. Podemos orar para que estas Biblias sean leídas, y mostrar nuestro interés por los evangelistas, como lo hicieron los filipenses con respecto al apóstol Pablo (Filipenses 1:3-8). Recordemos también que esas Biblias tienen un costo que a menudo sobrepasa la capacidad económica de quienes las quieren comprar. ¡Pensemos en esto, para ayudar según nuestras posibilidades!
Sofonías 3 – Judas – Salmo 110 – Proverbios 24:19-20