(Jesús dijo:) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Alma doliente y llorosa, Que paz anhelas tener,
Que quieres triste y ansiosa Tu suerte eterna saber,
Deja tus males pasados Y oye una voz resonar.
Dice: “Venid los cansados, Que Yo os haré descansar”.
Alma de culpas cargada, Que cerca estás de morir,
Luchas, y en vano angustiada Del mal intentas salir.
¡Oye! Conserva esperanza, Cristo te quiere salvar,
Y si le tienes confianza, En Él podrás descansar.
Alma, la noche se acerca Y tú no encuentras mansión;
La oscuridad te rodea, Te asalta la perdición.
Busca en Jesús un asilo; Su amor te puede salvar,
Y hallarás hogar tranquilo Donde Él te hará descansar.
FCE, Himnos & Cánticos del Evangelio, n. º 344
¡Si usted no es salvo, vaya a Jesús, el Salvador, ahora mismo, mientras aún hay tiempo! Sigamos el ejemplo de esos hombres y mujeres que se convirtieron “de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo… a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”
(1 Tesalonicenses 1:9-10).