La Buena Semilla: Domingo 18 Abril
Domingo
18
Abril
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2 Corintios 5:17
Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.
Salmo 119:18
La vida cristiana ¿es una vida triste, de renunciamiento?

Esta idea bastante extendida tiene su explicación. Muchas personas buscan acomodar su cristianismo a la vida del mundo, para no privarse de nada. En consecuencia, su vida cristiana se ve insípida y sin gozo. Otros, que realmente no han comprendido el Evangelio, viven asustados, con miedo a un Dios que ellos consideran vengativo. Pero en realidad no lo conocen, y quieren apaciguarlo mediante una devoción unida a toda clase de privaciones. ¿Quién quisiera vivir un cristianismo así, que no es más que una triste parodia?

Es cierto que el cristiano, el que aceptó a Jesucristo en su corazón, renuncia a lo malo, a lo que solo es “vanidad y aflicción de espíritu”, a las cosas atractivas que el mundo presenta bajo un aspecto agradable, pero que destruyen el cuerpo, el alma y la familia… Pero, ¿por eso estará triste el cristiano? ¡Todo lo contrario! Un verdadero cristiano confía en Dios, pues conoce su amor. Lo que Dios le enseña en la Biblia siempre es para su bien. ¡Qué bueno tener esos puntos de referencia frente a lo que ofrece un mundo desorientado!

Escuche este testimonio: “Sí, cuando me convertí abandoné muchas cosas… pero recibí otras: Cargado por una conciencia que me atormentaba y un corazón sin paz, recibí el perdón de Dios. Él me dio su paz. Me liberó de la esclavitud al alcohol y del miedo al futuro. Lo que perdí se convirtió en una ganancia inestimable.

¡Conviértase, acepte a Jesús como su Salvador personal!”.

Ezequiel 40:24-49 – 1 Pedro 3 – Salmo 45:6-9 – Proverbios 13:24-25