Dios dice a través del profeta Isaías: “¿A quién me asemejáis, y me igualáis, y comparáis, para que seamos semejantes?” (cap. 46:5). ¿Tiene sentido comparar a Dios con lo que él creó? Sí, pero para resaltar Su supremacía y Su grandeza.
Dios creó todo de la nada. El hombre ha logrado hacer, diseñar y fabricar muchas cosas, pero solo a partir de materiales existentes. Para pintar necesita pintura y lienzo… Para construir una casa necesita un plano, ladrillos, mortero… Para elaborar incluso el objeto más simple, puede necesitarse el conocimiento y la experiencia de muchas personas.
Dios es verdaderamente todopoderoso. Él sabe todo. Su inteligencia y sus conocimientos son ilimitados. Nadie puede compararse con el Dios que tiene el poder de crear de la nada, que está presente en todas partes al mismo tiempo, lo que le permite colocar el objeto que ha creado en el lugar que él quiera. ¡Dios es único, soberano!
La Biblia describe la creación en Génesis capítulo 1. Dice que Dios simplemente ordenó que el universo y todo lo que hay en él existiera. Es difícil imaginar que alguien pueda decir unas palabras y hacer que algo aparezca. Y más difícil aún es imaginar que alguien pueda ordenar la existencia de todo el universo con una simple palabra. Sin embargo, ¡Dios lo hizo! Y, además, quiso entrar en contacto con nosotros, sus criaturas.
¡Vale la pena conocer a un Dios tan grande!
Isaías 10 – Gálatas 6 – Salmo 39:7-13 – Proverbios 13:1