La Buena Semilla: Miércoles 27 Diciembre
Miércoles
27
Diciembre
Cuando Jesús nació en Belén… vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
Mateo 2:1-3
¿La incredulidad es lógica?

En el relato de la visita de los magos que vinieron a adorar al niño Jesús, la crueldad del rey Herodes solo es comparable con su falta de lógica (Mateo 2). Cuando supo que una estrella había aparecido para anunciar el nacimiento del rey de los judíos, lo tomó en serio. Este niño, si realmente debía llegar a ser el rey de los judíos, debía desaparecer cuanto antes. Entonces convocó a los líderes religiosos para averiguar dónde debía nacer el Mesías. La respuesta fue formal: en Belén. Probablemente él no creía en esas profecías de 700 años antes, sin embargo, envió a los magos a ese pueblo. ¿Tenía alguna duda? Cuando los visitantes de Oriente se fueron de Belén sin avisarle, Herodes dedujo que el niño había sido encontrado. ¡Estaba frente a un misterio!

He aquí un niño anunciado por la Biblia desde hacía más de 1000 años, cuyo lugar de nacimiento había sido predicho, y estaba acompañado de una estrella en movimiento en el cielo. ¿Herodes creyó todo esto? Si no lo creyó, ¿por qué mandó matar a todos los niños del pueblo? Y si lo creyó, ¿por qué no se inclinó ante tal manifestación sobrenatural? ¿Pensó que podía matar a semejante niño? ¿Quería luchar contra Dios? ¡Qué locura, qué obstinación, qué falta de humildad y de lógica!

No seamos como Herodes. Aceptemos agradecidos el nacimiento del Hijo de Dios, quien vino al mundo para salvarnos. Verdaderamente “Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” (1 Juan 4:9).

Zacarías 12-13 – Apocalipsis 19:11-21 – Salmo 147:12-20 – Proverbios 30:32-33