Muchos físicos coinciden en describir el comienzo del universo como una especie de explosión gigantesca. Otros han llegado a concluir que si hubo un comienzo súbito, probablemente también habrá un final súbito.
No necesitamos los complicados cálculos de los científicos para confirmar las afirmaciones del mismo Creador. El primer versículo de la Biblia dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1), y al final de ella leemos: “Los cielos y la tierra… están… guardados para el fuego… en el cual (el día del Señor) los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pedro 3:7, 10).
Solo Dios declara en su Palabra que:
– Este final será precedido por el regreso del Señor Jesucristo para llevar consigo a sus redimidos. “El Señor mismo… descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos… seremos arrebatados juntamente con ellos… para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:16-17).
– Esta venida pondrá fin al tiempo de la gracia, periodo limitado durante el cual se da la oportunidad a todo hombre, incluido usted, de ponerse en regla con Dios. Y, como todo indica, esa venida está cerca.
Jesús nos dice: “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora” (Mateo 25:13).
Cantares 1-2 – Apocalipsis 6 – Salmo 141:1-4 – Proverbios 29:23