La Buena Semilla: Miércoles 17 Abril
Miércoles
17
Abril
Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.
Efesios 6:18
Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres.
1 Timoteo 2:1
Como un jarrón lleno de flores

A mi esposa le encantan las flores; verla hacer un ramo, y luego cuidarlo cada día, me hace pensar que cada una de esas flores es como una persona por la que el Señor me pide que ore fervientemente.

En nuestro corazón puede haber personas cercanas a nosotros, a las que amamos, cuyas debilidades conocemos, otras que están pasando por situaciones difíciles… Deseamos interceder, orar regularmente por cada una de ellas. Para no olvidarlas, podemos escribir sus nombres en un cuaderno. Un momento del día será suficiente para recordar a alguien y orar por él o ella, con la certeza de que Jesús escucha nuestras oraciones.

La intercesión, el hecho de orar por los demás, es el amor que se arrodilla. ¡Qué alegría es poner en las manos de nuestro Padre, con perseverancia y fe, a nuestros seres queridos y a todos los hombres! ¡Sabemos que Dios desea el bien de cada uno!

Este «trabajo» de intercesión incumbe a todos los cristianos, pues no solo debemos orar por nuestras necesidades personales, sino unos por otros. Este es un aspecto esencial de la actividad espiritual que Jesús nos confía en la tierra. Dios nos invita a colaborar por medio de la oración en su «trabajo». Nos anima a orar por todos sus siervos, por todos sus hijos, especialmente por los que son perseguidos por el nombre del Señor, y también por las autoridades que nos gobiernan… Jesús mismo intercede por todos. ¡Imitémoslo!

Isaías 27 – 1 Pedro 2:11-25 – Salmo 45:1-5 – Proverbios 13:22-23