La Buena Semilla: Sábado 13 Abril
Sábado
13
Abril
Simón Pedro… entró en el sepulcro (de Jesús), y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó.
Juan 20:6-8
Vio y creyó

En la mañana de la resurrección de Jesús, el apóstol Juan corrió al sepulcro donde el cuerpo de Jesús había sido puesto, porque María había dicho a los discípulos que el sepulcro estaba vacío. Luego entró en el sepulcro y vio los lienzos depositados en el suelo, así como el sudario enrollado a un lado.

Para mostrar a los niños una imagen de la resurrección, a menudo se toma el ejemplo de la crisálida inmóvil que se transforma en mariposa, lista para volar. Cuando descubrimos el caparazón vacío, sabemos que la mariposa emprendió el vuelo.

Los lienzos y el sudario así ordenados mostraban que Jesús había resucitado. Esta escena, en su sencillez, irradiaba la gloria divina. Juan no tuvo duda: Jesús había resucitado. “Vio y creyó”, incluso antes de volver a encontrar a Jesús vivo. Más tarde, con los demás discípulos, vio a Jesús. Luego, muchos otros fueron testigos de la resurrección de Cristo (1 Corintios 15:6).

Nosotros, lectores del siglo XXI (21), no podemos repetir la experiencia de Juan, pero podemos creer en su testimonio para recibir la vida eterna. Por eso Juan escribió en su evangelio: “Estas (cosas) se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31). El final del evangelio confirma la verdad de su testimonio: “Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero” (Juan 21:24).

Isaías 22 – 2 Tesalonicenses 3 – Salmo 43 – Proverbios 13:14-15