La Buena Semilla: Domingo 31 Diciembre
Domingo
31
Diciembre
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
Juan 10:14-15
El Señor es mi pastor; nada me faltará… Confortará mi alma.
Salmo 23:1-3
Mi pastor

Jesús declara: “Yo soy el buen pastor”. Esta imagen expresa toda la ternura y abnegación del Señor Jesús por cada uno de los suyos. El pastor conduce su manada, la apacienta, la protege de los depredadores; además se ocupa de cada oveja en particular. Entre el pastor y cada una de sus ovejas se establece una relación afectiva. Él las conoce y las llama por su nombre (Juan 10:3), porque cada una tiene para él un valor único.

Cada creyente puede reconocerse en la oveja perdida que el Pastor buscó y encontró (Lucas 15:4-7). Ella tiene para él el precio que él mismo pagó dando su vida en la cruz a fin de rescatarla.

El buen Pastor no quiere que su oveja permanezca aislada; la trae de vuelta al rebaño. Lo que le da seguridad no es su pertenencia al rebaño, sino su relación con el Pastor. Por más profunda que sea su unión con sus hermanos y hermanas en la fe, la única seguridad del creyente es pertenecer a Jesús.

El Señor compara su relación con sus ovejas con la que existe entre él y su Padre. Esta relación es tan íntima, que Jesús dice: “Conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre” (Juan 10:14-15).

Yo mismo era una oveja perdida; creí que mi Salvador dio su vida por mí, sé que me ama, y confío en que no dejará de cuidarme. Con esta certidumbre termino este año de la gracia de Dios y espero el nuevo año con confianza.

Malaquías 3-4 – Apocalipsis 22 – Salmo 150 – Proverbios 31:25-31