Me presenté a la recepción para que me verificaran el pasaporte. Los funcionarios buscaron mi nombre en la lista de pasajeros, pero no lo encontraron. Habían vendido demasiados billetes en comparación con el número de puestos, por lo tanto, no pude volver a casa esa noche.
Este episodio me recuerda otra lista que hay en el “libro de la vida”. Cierto día Jesús envió a sus discípulos a una misión. Cuando volvieron, felices le contaron su éxito. El Señor les respondió: “Regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”.
Amigos cristianos, qué nos hace más felices: ¿nuestros éxitos, o el hecho de que nuestro nombre esté escrito en el libro de Dios?
Pero, ¿cómo puede mi nombre estar escrito en el cielo? Si creo en Jesús, quien dijo: “El que cree en mí, tiene vida eterna” (Juan 6:47). No se conforme con un conocimiento vago sobre Jesús. Crea en él, es decir, ponga su confianza en él, ríndase a su amor. Él quiere salvarlo.
Entonces su nombre estará escrito en el libro de la vida (Apocalipsis 21:27), porque Dios abre las puertas del cielo a los que le abren su corazón.
Malaquías 1 – Apocalipsis 21:1-14 – Salmo 148:9-14 – Proverbios 31:8-9
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