La Buena Semilla: Lunes 11 Diciembre
Lunes
11
Diciembre
En esto hemos conocido el amor, en que él (Jesús) puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
1 Juan 3:16
Calor vivificante
Leer Lucas 10:25-37

Sundar Singh, un cristiano hindú conocido por su consagración, cruzaba un paso en Nepal con un compañero tibetano. La nieve caía sin parar, los dos hombres se congelaban y estaban al límite de sus fuerzas. De repente uno de ellos tropezó con un cuerpo casi enterrado en la nieve: era un viajero que había caído extenuado. Su corazón latía débilmente.

–Tratemos de salvarlo entre los dos, propuso Sundar.

–Ni lo creas, dijo el otro; tendremos suerte si logramos salvarnos nosotros; y se fue.

Sundar logró cargar al moribundo en su espalda y, con la ayuda de Dios, continuó penosamente su camino. Sin embargo, los enormes esfuerzos que hizo lo calentaron, y al mismo tiempo el hombre que llevaba en sus espaldas también se calentó, hasta que recuperó la conciencia. Más adelante encontraron el cuerpo sin vida del compañero que había seguido solo. Poco después llegaron a la posada del paso, sanos y salvos.

Esta historia es algo similar a la del buen samaritano contada por el Señor Jesús en el evangelio de Lucas (cap. 10:30-37). Describe el estado desesperado de todo hombre alejado de Dios a causa de sus pecados e incapaz de salvarse. Pero Jesús, el Hijo de Dios, se apiadó de nosotros y descendió del cielo. Al morir en la cruz, en nuestro lugar, nos comunicó su vida y se ocupó de nosotros para llevarnos al cielo. La casa del Padre nos acogerá allí por la eternidad.

Eclesiastés 10-11 – Apocalipsis 4 – Salmo 140:1-5 – Proverbios 29:19-20