La Buena Semilla: Domingo 3 Diciembre
Domingo
3
Diciembre
Si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Romanos 5:10
Reconciliaos con Dios.
2 Corintios 5:20
Reconciliados con el Dios de paz

Dos amigos discuten. Su relación, que antes era buena, se ha vuelto cada vez más tensa y está a punto de romperse. Dejan de hablarse, la comunicación es demasiado difícil. Poco a poco, estos amigos se convierten en extraños uno para el otro. Tal desenlace solo puede evitarse mediante la reconciliación. Así la amistad y la armonía pueden restaurarse.

¿Necesita Dios reconciliarse con nosotros, o más bien necesitamos nosotros reconciliarnos con él? ¿No somos nosotros los enemigos de Dios? (ver el versículo de hoy).

De hecho, nuestra relación con Dios se ha roto por el mal que cada uno hace, impulsado por la mentira, el orgullo, el egoísmo, etc.

Sin embargo, es Dios quien ha tomado la iniciativa de reconciliarse con sus criaturas, incluso con sus enemigos. Enviado por Dios, Jesucristo tomó sobre sí todos nuestros pecados. Él hizo “la paz mediante la sangre de su cruz” (Colosenses 1:20), para que todos los que lo aceptemos como nuestro Salvador podamos estar en paz con Dios.

La reconciliación es una verdad maravillosa. Cuando nos convertimos a Cristo, todo cambia en nuestra relación con Dios. Antes éramos sus enemigos, ahora somos sus amigos. Estábamos condenados por nuestros pecados, ahora somos perdonados. Estábamos en guerra con Dios, ahora tenemos una paz “que sobrepasa todo entendimiento” (Filipenses 4:7).

“Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados” (2 Corintios 5:19).

“Él (Cristo) es nuestra paz” (Efesios 2:14).

Job 41 – Santiago 2 – Salmo 136:23-26 – Proverbios 29:3-4