Un joven médico musulmán entró en la habitación de un colega cristiano y vio un pequeño libro abierto sobre su cama. Lo tomó y preguntó: «¿Puedo leer?».
Después de haber leído y releído un pasaje, dijo a su amigo: “Sinceramente no sabía que hubiera cosas tan buenas en tu Biblia. ¿Puedo leerla ahora y volver para leer más?”
El médico acababa de leer 1 Corintios 13. Este mismo pasaje también impresionó a un oyente de una emisora cristiana, quien después de escuchar su lectura fue a buscar el libro que contenía dicho «poema de amor».
El amor es el centro de la fe cristiana. En sus últimas palabras a sus discípulos, el Señor Jesús insistió en la importancia del amor de Dios: “Como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:34-35).
El versículo más conocido de la Biblia comienza así: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito…” (Juan 3:16). Esta es la base, el punto de partida, porque “el amor es de Dios” (1 Juan 4:7). Él no solo me ha dicho que me ama, sino que me lo ha demostrado. Y el Hijo de Dios me amó tanto que dio su vida por mí. Leamos y releamos este hermoso capítulo pensando en él.
Que podamos orar: ¡Dios mío, derrama tu amor en mi corazón, en mi vida, un amor que se parezca al de Jesús, mi Salvador!
Génesis 6 – Mateo 5:21-48 – Salmo 4:4-8 – Proverbios 2:1-5