La Buena Semilla: Viernes 5 Enero
Viernes
5
Enero
Habéis sido comprados por precio.
1 Corintios 6:20
Tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación.
Apocalipsis 5:9
Gratuitamente… pero, ¡a qué precio!

A veces oímos decir: «¡Es demasiado fácil decir que lo único que debemos hacer para ser salvos es creer!». Y podríamos responder: «Fácil para quién, ¿para el hombre o para Dios?».

Con amor Dios acoge al hombre tal como es, un pecador, y le da la vida eterna. Lo adopta como su hijo para recibirlo en el cielo. ¿Qué pide a cambio? Solo creer en él, confiar en él. Creer es el camino más sencillo hacia la salvación. Está al alcance del niño y del anciano, del ignorante y del erudito. No se trata de hacer o dar: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36). Después de haberse reconocido perdido, cada uno debe creer en el valor del sacrificio de Jesús, para ser salvo.

Así, para el creyente todo es gratuito. Pero Dios tuvo que pagar el precio por esta liberación: dio a su propio Hijo. “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros” (Romanos 8:32). No alcanzamos a entender lo que significó para Dios dar a su Hijo por nosotros.

La Biblia habla muchas veces de los sufrimientos de Jesús en la cruz. Los salmos los describen anticipadamente: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Salmo 22:1); los profetas también los anuncian: “El Señor cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6). De la misma manera lo hacen los evangelios, las epístolas, e incluso el Apocalipsis.

¡Sí! El creyente es salvado gratuitamente, porque Jesús pagó un precio infinito por él.

Génesis 5 – Mateo 5:1-20 – Salmo 4:1-3 – Proverbios 1:24-33