Los científicos afirman que el telescopio Hubble tomó imágenes impresionantes del universo. Estas imágenes muestran grandes nubes amenazantes que reciben la última luz del sol poniente. Sus contornos son tan nítidos que parecen estar muy cerca de la tierra. Pero no son nubes ordinarias, pues la luz que las ilumina no es la luz reflejada por la tierra, sino la radiación del horno nuclear que hay en el corazón de un puñado de estrellas recién nacidas. Estas estrellas están a siete mil años luz de nuestro planeta, una distancia superior a cuatrocientos millones de veces mayor a la que separa la tierra del sol. ¡Qué vértigo! «Al ver estas nuevas imágenes llegadas del espacio, me sentí realmente asombrado», dijo E. Weiler, jefe del proyecto Hubble.

Hace más de veinticinco siglos, el profeta Isaías también expresó su asombro ante la grandeza del Creador: “¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?” (Isaías 40:12). Pero este gran Dios creador también es el Dios Salvador (Tito 2:10). “Grandes son las obras del Señor, buscadas de todos los que las quieren. Gloria y hermosura es su obra, y su justicia permanece para siempre. Ha hecho memorables sus maravillas…” (Salmo 111:2-4).