La Buena Semilla: Viernes 20 Octubre
Viernes
20
Octubre
Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte? Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
Juan 19:10-11
Intimidación

Jesús pasó la noche en vela. Fue interrogado varias veces. Se burlaron de él y lo golpearon… En la mañana siguieron dándole golpes, y hasta le pusieron una corona de espinas en la cabeza. En este contexto Pilato, el gobernador romano, creyó impresionarlo diciéndole: “¿A mí no me hablas?”. Su orgullo se irritó ante este prisionero silencioso. Y amenazó: “¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?”. Abuso de poder, presión psicológica, ¡estas expresiones describen la actitud de Pilato, y son muy comunes hoy en día! Quizá muchos de nuestros lectores hayan sufrido este tipo de ataques despectivos e hirientes por parte de algún cercano o de una persona en posición de autoridad. Cuando esta violencia se produce en un momento de agotamiento, es aún más dolorosa. ¿Cómo reaccionamos?

La respuesta de Jesús es sorprendente: “Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba”. Rechaza la presión, la intimidación, y se pone en las manos de su Dios y Padre, quien tiene todo bajo control. No se defiende, no acusa a su interlocutor, no responde con desprecio o violencia, sino que dice la verdad con precisión y seguridad. Quizá Pedro pensaba en esta escena cuando escribió referente a Jesús: “Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente” (1 Pedro 2:23).

¡Qué ejemplo nos ha dejado!

Nehemías 6 – Juan 8:31-59 – Salmo 119:1-8 – Proverbios 25:23-24