La Buena Semilla: Lunes 30 Octubre
Lunes
30
Octubre
He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados.
Isaías 38:17
Detenido por la policía
Testimonio

«Mis padres eran cristianos. Desde mi infancia me enseñaron a seguir a Jesús, leíamos la Biblia en familia. Solía ir con ellos a las reuniones cristianas. Allí tuve buenos contactos con otros jóvenes creyentes. Muy pronto me di cuenta de que era un pecador y que necesitaba a Jesucristo como mi Salvador. Confesé mis pecados a Dios y creí que Cristo había muerto por mí.

Pero con el paso del tiempo, mi vida se volvió superficial. Disfrutaba de la vida sin pensar en mi Salvador. Un día uno de mis amigos me pidió que lo acompañara al banco. Lo esperé fuera del banco, y después de un largo rato, finalmente salió. Me acerqué a él, y enseguida la policía nos detuvo. Obviamente, mi amigo tenía problemas con la ley. Llevado a la comisaría, protesté: No soy cómplice. Pero me llevaron a una celda donde pasé la noche. Sin embargo, yo no había hecho nada malo.

Esa noche marcó un punto decisivo en mi vida. ¡Qué contraste con mi juventud, cuando mi Salvador también era mi Pastor! Me di cuenta de que yo era una oveja extraviada, pero que él seguía siendo el mismo. Yo no vivía realmente en pecado, pero seguía a Jesús de lejos sin estar verdaderamente comprometido. A partir de ese momento comprendí mi vulnerabilidad y la necesidad permanente de confiarle mi vida, mis planes y mis relaciones».

“Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo, porque tú has sido mi refugio… Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas” (Salmo 61:2-4).

Ester 3 – Juan 14 – Salmo 119:81-88 – Proverbios 26:15-16