«Un gigante con pies de barro». Esta expresión, que ha pasado al lenguaje común, se refiere a algo que aparentemente es muy sólido, pero que en realidad es muy frágil.
Esta imagen procede de una historia bíblica (libro de Daniel, cap. 2). Nabucodonosor, rey del imperio caldeo, tuvo un extraño sueño: vio una gran estatua hecha de cuatro partes muy diferentes. Daniel, el profeta exiliado en Babilonia, se lo explicó. Este gigante con pies de barro representaba cuatro imperios sucesivos que se derrumbarían por la fragilidad de su base. La historia bien ha confirmado esta explicación.
El gigante con pies de barro también nos remite a la fragilidad de todo lo que los hombres organizan en la tierra. ¿No hay, pues, nada sólido y fiable en nuestro mundo del siglo 21? Un filósofo dijo: «Lo único realmente seguro en el futuro es que todos moriremos». Esto confirma lo que la Biblia dice: “Todos pecaron”, y “la paga del pecado es muerte”.
Felizmente, esta no es la última palabra de Dios, quien ama a sus criaturas y quiere salvarlas. “Mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 5:12; 6:23). Él es el fundamento sólido, que salva de la muerte y da vida eterna a todos los que creen en él. ¿Ha aceptado usted esta salvación y esta esperanza como una gracia? Estas nunca se derrumbarán, pues Jesús mismo es su seguridad.
“Los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia… dijo el Señor, el que tiene misericordia de ti” (Isaías 54:10).
Nehemías 11 – Juan 11:38-57 – Salmo 119:41-48 – Proverbios 26:5-6