La Buena Semilla: Jueves 19 Octubre
Jueves
19
Octubre
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros.
Colosenses 3:16
Recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Santiago 1:21-22
¿Qué queda en la cesta?

Algunos hombres tienen muy buena memoria. Se dice que Ciro, rey de Persia, recordaba los nombres de todos los soldados de su enorme ejército. Pero por muy buena que sea nuestra memoria, a menudo es selectiva. Contamos y repetimos fácilmente las frustraciones y decepciones de nuestra vida cotidiana, pero rápidamente olvidamos nuestros propios defectos y las lecciones que deberíamos haber aprendido. Jesús reprochó a sus discípulos: “¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?” (Marcos 8:17-18). E insistió: “Haced que os penetren bien en los oídos estas palabras” (Lucas 9:44), guárdenlas en un lugar seguro, como se guarda el dinero y las joyas en una caja fuerte, para protegerlos de los ladrones.

Dejemos que la Palabra de Dios penetre en nosotros como una semilla en un terreno bien cultivado, donde pueda echar raíces profundas. Para ello debemos esforzarnos en leerla, comprenderla y retenerla, hasta que produzca frutos en nuestro corazón y en nuestra vida.

Quizás alguien diga: La leo, pero no retengo nada, como una cesta que metemos en un río. Sumergida, está llena de agua. Pero cuando la sacamos, queda vacía. Entonces, continúe leyéndola en silencio, recordando que la cesta, aunque no retenga el agua… ¡sale limpia! La Palabra de Dios tiene su propio poder en sí misma: actúa en nosotros los creyentes (1 Tesalonicenses 2:13).

Nehemías 5 – Juan 8:1-30 – Salmo 118:21-29 – Proverbios 25:20-22