La Buena Semilla: Viernes 13 Octubre
Viernes
13
Octubre
Destruid este templo, y en tres días lo levantaré… Mas él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.
Juan 2:19-22
Jesús y el templo de Dios
Leer Juan 2:13-22

Jesús subió a Jerusalén y fue al templo, la casa de su Padre, donde todo debía respirar pureza y bondad. ¿Pero qué halló? Vendedores y cambistas interesados en el dinero, todo un comercio a expensas de los fieles que traían sus ofrendas. ¡Qué dolorosa constatación para el Señor! Pero esta situación reveló un aspecto de su Persona perfecta. El que era manso y humilde de corazón también estaba lleno de celo por la gloria de su Padre. Hizo un azote de cuerdas y echó del templo a todos los profanadores. La casa de Dios no debía ser una casa de mercado.

Los judíos se opusieron, pidiéndole una señal que le daría el derecho de intervenir. Entonces Jesús les dio esta respuesta: “Destruid este templo”. De manera velada anunció su muerte en la cruz. Esta es la más grande señal, el más fuerte mensaje del amor de Dios. Jesús iba a permanecer tres días en la muerte para resucitar con un cuerpo glorioso y tomar el lugar de suprema autoridad junto a Dios.

Al principio los discípulos no comprendieron el profundo sentido de la respuesta de Jesús. Pero después de su resurrección, esclarecidos por el Espíritu Santo, se acordaron de las palabras que el Señor había dicho al principio de su ministerio. Jesús debía morir y resucitar para que el acceso a Dios nos fuera abierto. Su muerte no era una derrota, sino el camino nuevo y vivo para acercarse a Dios. ¿Conoce usted este camino?

Esdras 9 – Juan 5:24-47 – Salmo 116:12-19 – Proverbios 25:8-10