La Buena Semilla: Martes 3 Octubre
Martes
3
Octubre
Y mandó el Señor Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Génesis 2:16-17
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis.
Génesis 3:4
La ilusión transhumanista

Desde Prometeo hasta Frankenstein, el hombre siempre ha soñado con construir máquinas inteligentes con rostro humano. La novedad de los últimos años es la ambición del movimiento transhumanista, apoyado por los gigantes del Internet. Esta ambición consiste en mejorar la productividad del ser humano, modificar sus percepciones, liberarlo de su envoltura corporal perecedera y convertirlo en un ser híbrido, ultra perfecto, ¡inmortal!

Esto nos lleva a preguntarnos qué distingue al hombre de los animales y de las máquinas. Como los animales, el hombre es un ser vivo (al contrario de las máquinas), pero a diferencia de ellos, el hombre es un ser libre, consciente y responsable. Es consciente de su existencia, de ser una persona, de que puede decir: «yo». También es consciente del bien y del mal.

Por encima de todo, el ser humano fue creado a imagen de Dios. Dios le dio un espíritu, a través del cual puede relacionarse con su creador y hablarle.

No nos dejemos engañar por las ilusiones del movimiento transhumanista. Por ejemplo, la búsqueda de la prolongación de la vida no elimina la necesidad de pensar en la muerte y en lo que le sigue. Más bien, vayamos a Dios para recibir una nueva vida. Esta vida consiste en conocerlo a él (Juan 17:3), el Dios que creó los cielos y la tierra, como un Dios misericordioso que quiere hacer de nosotros sus hijos.

Sofonías 2 – Filemón – Salmo 109:20-31 – Proverbios 24:17-18