«Hay tantas ideas circulando en el mundo, tantas religiones, tantas controversias… ¿Dónde está la verdad?».
– ¡Sí! ¿Dónde hallar bases sólidas para nuestros pensamientos? La fe cristiana se basa en hechos concretos. No se pueden descartar sin examinarlos. Muchos historiadores y arqueólogos dan testimonio de ellos. Pero hay un recurso al alcance de todos: leer la Biblia con un corazón recto, sin ideas preconcebidas. Además, el que desea conocer la verdad sinceramente, y ajustarse a lo que ella enseña, puede pedir a Dios que se le revele a través de su Palabra, ¡y no será defraudado!
¿Desea saber realmente si Dios ha hablado, y haría lo que le pide, si lo supiera? Entonces, atrévase a escuchar lo que Dios le dice por medio de la Biblia, y saque conclusiones. ¡Se llenará de paz!
También se dice: «Sé que la Biblia es un libro diferente, digno de fe, pero tengo miedo del gran Dios que revela».
– Sí, Dios es grande, pero por amor se ha revelado en Jesucristo, Dios hecho hombre. Nadie puede llegar a él por su propia capacidad intelectual o sus propios méritos. Jesús nos ofrece un camino muy sencillo para que nuestra relación con Dios, interrumpida por nuestro pecado, sea restaurada. Es suficiente creerle. Entonces Dios nos da una vida abundante y eterna. Sin embargo, debemos reconocer que no podemos caminar solos. Necesitamos que Dios nos acompañe. Este camino está disponible para todos, y es la única manera de salvarse.
¡Acepte su invitación y vaya a Él con un corazón sincero!
Deuteronomio 30 – Juan 19:31-42 – Salmo 119:137-144 – Proverbios 27:1-2