Dios dotó al ser humano de inteligencia, imaginación, capacidad para inventar. Pero, aunque sobresale en el conocimiento, en la ciencia, y ha descubierto muchos secretos del mundo, sigue siendo solo polvo. El menor soplo puede llevárselo, y un día, sí o sí, tendrá que morir. ¡Esto debería hacerle más humilde y consciente de sus limitaciones!
Pero la Biblia nos dice que el hombre también está hecho a imagen de Dios. No solo tiene una inteligencia, sino que es consciente del bien y del mal, y reflexiona sobre el más allá. Tiene un espíritu a través del cual puede comunicarse con Dios. Sí, el hombre cuenta para su Creador, quien quiere atraerlo hacia sí y salvarlo del juicio que merece por su pecado.
¿Es usted de los que creen que Dios no se preocupa por el hombre? La Biblia le dice que Dios nos amó de tal manera, que dio a su propio Hijo Jesucristo para salvarnos, pues su amor por nosotros es inconmensurable.
Venido a la tierra por amor para ocuparse de su criatura doliente, el Señor Jesús continuamente se vio enfrentado a las consecuencias del pecado. Esta simpatía, por muy grande que fuera, no podía mejorar nuestra naturaleza caída, ni hacer desaparecer la causa de todas nuestras desdichas, ni quitar nuestro pecado. Por eso, yendo más allá en su obra de amor, Jesús llevó sobre sí nuestro pecado en la cruz.
Creámosle a Dios, quien nos habla por medio de la Biblia; conectémonos con él por medio de Jesucristo y pongamos a su servicio todo lo que nos ha dado. Esta es una manera muy modesta de mostrarle nuestra gratitud por su maravilloso amor hacia nosotros, ¡pero que él valorará!
Josué 8 – Hebreos 9:15-28 – Salmo 128 – Proverbios 28:3-4