En la Biblia, Dios es llamado Dios Salvador. Este también es el significado del nombre de Jesús. Él mismo afirmó que había venido a salvar lo que se había perdido. ¿Estoy perdido? ¿De qué necesito ser salvo?
Sí, el hombre está perdido. Perdido porque el pecado lo separa de Dios y lo lleva al juicio y a la muerte eterna (Romanos 6:23; 5:6).
El Evangelio ofrece la liberación total y gratuita del pecado, y la vida eterna. Este anuncio tiene un fundamento inmutable: la muerte y la resurrección de Jesús, el Hijo de Dios. “Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras… fue sepultado, y… resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (1 Corintios 15:3-4). ¿Por qué el Evangelio todavía es eficaz hoy en día? Porque Jesús, después de su resurrección, ascendió vivo al cielo. Desde entonces el Espíritu Santo, persona divina enviada a la tierra, acompaña con su poder el anuncio de la salvación.
¿Quién puede beneficiarse de ello? Todos los hombres: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
¿Quién se beneficia realmente de esta salvación? Los que tienden la mano y se aferran a la gracia de Dios, como lo hace una persona que se está ahogando y agarra el salvavidas que le lanzan.
¿Cree que está perdido y sin fuerzas ante la santidad de Dios? ¡Aférrese a su gracia, crea en el amor de Jesús, quien murió en la cruz por sus pecados! ¡Su vida será su vida! “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20).
Jueces 11:12-40 – Apocalipsis 13 – Salmo 145:1-7 – Proverbios 30:11-14