Hace algunos años los medios de comunicación difundieron ampliamente el juicio de un hombre acusado de crímenes atroces. Los hechos habían ocurrido unos 20 años antes, pero el sospechoso solo fue identificado 17 años después, gracias a las pruebas de ADN. Había podido escapar de la justicia durante mucho tiempo, pero «su pecado lo alcanzó». Este no es el único caso en el que los culpables solo fueron encontrados tras décadas de búsqueda. También es cierto que muchos casos nunca fueron resueltos, y muchos criminales escaparon durante toda su vida a la justicia de los hombres.

Sin embargo, nadie escapará a la justicia divina. Dios aborrece el mal; además, no lo mide con la misma medida que nosotros, es decir, todo pecado es una ofensa contra él y merece su castigo. Él ve todo, oye todo y anota todo. ¡Y un día sacará todo a la luz! Al final de la Biblia leemos: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida… El mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras… el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:12-15).

¡No oculte la realidad!

¡Su nombre puede ser escrito hoy en el libro de la vida, si acepta el perdón de Dios por sus pecados!