«¿Es posible, oh maravilla, que cuando todo duerme, solo la gracia siempre esté despierta?».
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«¡La gracia es el gozo, la sorpresa, la emoción y la salvación para mí, pecador! Hijo perdido, pero amado; yo que era ciego, ¡al fin veo!».
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«Nuestros peores días nunca serán suficientemente malos como para que la gracia de Dios no nos alcance, y nuestros mejores días nunca serán suficientemente buenos como para que no necesitemos más la gracia de Dios».
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«La gracia de Dios no es simplemente la misericordia cuando hemos pecado, sino el don de Dios que permite no pecar».
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«La superabundancia de la gracia es como agua viva. Somos los recipientes de esa agua y podemos transmitirla en forma de perdón».
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«La gracia nos enseña que Dios nos ama por lo que él es, no por lo que nosotros somos. Gracias, Señor, porque sin tu gracia todos estaríamos perdidos».
Números 35 – Lucas 10:1-20 – Salmo 88:13-18 – Proverbios 20:6-7