«Espero que los buenos sean recompensados y los malos sean castigados», dijo un filósofo a un periodista que le preguntó sobre el más allá. Esto es lo que mucha gente espera, porque el mundo está lleno de injusticias. ¡Nos gustaría que se hiciera justicia al menos después de la muerte!
Sí, se hará justicia. La Biblia dice: “El Señor, Dios de retribuciones, dará la paga” (Jeremías 51:56). Un día elegido por él, todo saldrá a la luz, y cada uno recibirá su merecido. “Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Eclesiastés 12:14). Nuestra vida, nuestras acciones, nuestras intenciones, todo saldrá a la luz. ¿Cómo no ser condenados por un Dios que no considera inocente al culpable, y que ha declarado: “No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”? (Romanos 3:12).
Entonces, ¿ejercerá Dios su justo juicio sobre todos los hombres? No. “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Los que creen que Jesús, el Hijo de Dios, fue condenado en su lugar, no serán juzgados. ¡Además, son declarados justos ante Dios! No creer en Jesucristo es rechazar la gracia de Dios, los resultados del sacrificio de su Hijo. Es exponerse a comparecer ante Dios para ser juzgado según sus obras, y a sufrir el “castigo eterno” (Mateo 25:46).
¡Tome hoy la decisión correcta! “Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1).
Números 24 – Lucas 4:16-44 – Salmo 83:9-18 – Proverbios 19:13-14