La Buena Semilla: Sábado 6 Julio
Sábado
6
Julio
Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:5-6
¿En qué se diferencia Jesús?

Jesús vivió en Palestina hace 20 siglos. Nació en una familia pobre y trabajó como carpintero. La gente del pueblo donde vivió toda su juventud lo conocía, sabía quiénes eran sus padres, sus hermanos y hermanas (Mateo 13:55-56). En este sentido era como cada uno de nosotros.

Sin embargo, Jesús era diferente. Y lo era porque fue el único hombre que no cometió pecado, el único santo, sin maldad. “¿Quién de vosotros me convence de pecado?”, preguntó a los que se oponían a su mensaje (Juan 8:46, V.  M.).

Jesús también es único porque es el tema de más de 300 profecías del Antiguo Testamento (textos escritos entre 1500 y 400 años antes de su nacimiento). Los evangelios presentan la vida de Jesús y muestran que todo sucedió tal como se había predicho: su nacimiento de una virgen, Belén, el lugar de su nacimiento, Nazaret, el lugar de su infancia, Egipto, la traición de la que fue víctima, su muerte por crucifixión, y su resurrección. ¡Cuántas correlaciones!

Jesús es único porque vino de arriba, del cielo. Sus palabras son únicas, su amor es sin igual.

Quizás usted se pregunte: ¿Por qué debo creer en Jesús? La respuesta es: Para salir de la oscuridad, de la incertidumbre, e ir al que dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6). Además, creyendo en Jesús recibí un sentido para mi vida. Liberado de la condena que merecía, ahora sé en qué dirección voy: Voy hacia Jesús; ¡qué felicidad!

Números 16:20-50 – 3 Juan – Salmo 79:1-7 – Proverbios 18:22