El Señor está cerca: Miércoles 23 Octubre
Miércoles
23
Octubre
Harás asimismo el pectoral del juicio de obra primorosa, lo harás conforme a la obra del efod… lo llenarás de pedrería… Y las piedras serán según los nombres de los hijos de Israel… cada una con su nombre… Y pondrás en el pectoral del juicio Urim y Tumim, para que estén sobre el corazón de Aarón cuando entre delante de Jehová.
Éxodo 28:15, 17, 21, 30
Las vestiduras del Sumo Sacerdote (2) – El pectoral del juicio

El pectoral de juicio formaba parte de las “vestiduras sagradas” del Sumo Sacerdote. Este pectoral contenía doce piedras con los nombres de los doce hijos de Israel grabados en ellas. Cada una de estas piedras era única. Esto nos habla de Cristo, nuestro gran Sumo Sacerdote, quien lleva el nombre de cada creyente en su amoroso corazón. El nombre de cada redimido por la preciosa sangre de Cristo está grabado en una de esas piedras preciosas y refleja de manera única un aspecto de la belleza de Cristo. De esta manera, cada uno de nosotros, a pesar de nuestras diferencias, somos presentados continuamente como un memorial ante Dios por medio de nuestro Sumo Sacerdote. Así, como muestran estas doce piedras, somos preciosos para Dios, como Cristo mismo es precioso.

El Urim y el Tumim, palabras que se traducen como “luces” y “perfecciones”, también estaban colocados en el pectoral de juicio. Por medio de ellas, el sacerdote recibía orientación de Dios acerca de cómo debía conducirse su pueblo (véase Nm. 27:21; Esd. 2:62-63). El Urim y el Tumim son figura de cómo Dios conduce a sus hijos actualmente: a través de las luces y perfecciones de Cristo, y el amor de su corazón. Nuestro gran Sumo Sacerdote lleva siempre en su corazón los nombres de sus redimidos en presencia de Dios nuestro Padre. Dios ve a Cristo sentado a su diestra, y en él ve a todos los que Cristo lleva en su corazón. Cristo, nuestro gran Sumo Sacerdote, pudo decir proféticamente: “He aquí, yo y los hijos que Dios me dio” (He. 2:13).

Jacob Redekop