El Señor está cerca: Domingo 9 Junio
Domingo
9
Junio
Cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes.
Apocalipsis 5:9-10
Las glorias del Cordero en Apocalipsis (2)

La dignidad del Cordero reside tanto en su Persona como en su obra.

El Cordero es digno porque es una Persona divina. Él es el Hijo de Dios (Ap. 2:18) y, por lo tanto, es Dios. Su deidad queda subrayada por los títulos que se le dan en el Apocalipsis. Él es el “Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último” (Ap. 22:13; 1:17). Jesús es el que vive “por los siglos de los siglos” (Ap. 1:18), “el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Ap. 1:8). Esto le atribuye al Cordero la misma naturaleza que a Jehová: “Yo soy el que soy” (Éx. 3:14; véase Jn. 8:58). Esto se confirma en la utilización del título “el primero y el último”, el cual siempre se le atribuyó a Jehová en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, en Isaías 41:4: “Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros”; o en Isaías 44:6: “Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios” (véase también Is. 48:12). Por lo tanto, el Cordero posee esta naturaleza divina y recibe la alabanza, tanto de los ángeles como de los creyentes, como alguien que merece la adoración que solo le pertenece a Dios (véase Ap. 22:8-9).

La dignidad del Cordero también se ve en el valor de su obra, tal como se menciona en Apocalipsis 5:9. Él es digno porque ha sido inmolado y nos ha redimido. Su obra de redención lo convierte en alguien digno de adoración. Sin embargo, su obra redentora está íntimamente ligada a su Persona y carácter, ya que su obra redentora depende de lo que él es. El Cordero fue capaz de redimir solamente por lo que él era, a saber, el divino Hijo de Dios que se hizo Hombre para cumplir esa obra.

Tim Hadley, Sr.