Cuando alguien nos habla, lo escuchamos, cuando alguien nos escribe una carta, la leemos. La Biblia es una carta de Dios dirigida a todos los seres humanos. Expresemos a Dios, el Creador, nuestro respeto valorando su mensaje. Leamos la Biblia.
Desde la primera página vemos a Dios obrar en su Majestad soberana de Creador. Luego, a medida que pasan las páginas y por medio de diversos relatos, revela quién es él. Así aprendemos a conocerlo progresivamente. En el Antiguo Testamento Dios habló a los hombres por medio de los profetas. En el Nuevo se reveló por medio de Jesucristo. Jesús vino del cielo a la tierra; tomó un cuerpo como el nuestro (pero sin pecado) para testificar personalmente a todos que Dios es amor. Animémonos a leer la Biblia y aprendamos a conocer al Dios vivo y verdadero.
La Biblia también nos muestra al ser humano tal como es, y tal como Dios lo ve. Nos presenta su total ruina moral ante Dios (Romanos 3:23). “No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Romanos 3:12). Cualquiera que sea su situación, Dios lo invita a leer la Biblia como una carta que él le envía. “La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17).
Si usted ya creyó en su mensaje, lea mucho más la Biblia, cada día, para que conozca mejor a su Salvador. En ella encontrará directrices para su vida; descubrirá las bendiciones que Dios tiene reservadas para usted, y él no dejará de hacerle bien.
Jueces 9:30-57 – Apocalipsis 11 – Salmo 144:1-8 – Proverbios 30:7-9