La Buena Semilla: Martes 24 Marzo
Martes
24
Marzo
El ángel del Señor le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham… No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada… Entonces alzó Abraham sus ojos… y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos.
Génesis 22:11-13
(Jesús) el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Juan 1:29
¡Abraham, Abraham! (2)
Lectura: Génesis 22: 1-18

Resumen: Dios le pidió a Abraham que ofreciera a su hijo Isaac en sacrificio. Abraham obedeció, pues confiaba en él. Dios había prometido que ese hijo tendría descendencia (Génesis 21:12), y Abraham creía que Dios podía devolverle la vida (Hebreos 11:17-19). Sin embargo, en el último momento se escuchó la voz divina: “Abraham, Abraham… No extiendas tu mano sobre el muchacho”. Para el patriarca fue un maravilloso momento de comunión con su Dios. Constató que el Señor había preparado un carnero para el sacrificio. Entonces pudo ofrecerlo y llamar a ese lugar: Jehová-jireh (el Señor proveerá).

Aplicación: Esa voz de Dios, dirigida dos veces a Abraham, también es para mí. Cuando la prueba es más dura, el Señor sabe cómo llamarme por mi nombre y ampararme en las dificultades: Él “no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Corintios 10:13).

La prueba también permite profundizar la comunión con el Señor. Por medio de la prueba, Abraham pudo entrever los pensamientos de Dios con respecto al don de su Hijo. Este relato nos ayuda a comprender un poco mejor el amor del Padre por nosotros (Romanos 8:35-39). Y como Abraham, podemos entonces adorar con un profundo respeto.

(continuará el próximo martes)

Éxodo 36 – Hechos 25 – Salmo 36:1-6 – Proverbios 12:5-6