¿Qué habría sucedido si los dos ciegos no hubieran pedido ayuda al Señor Jesús cuando él pasaba por el camino? Es posible que no hubieran tenido otra oportunidad de encontrar a Jesús, y así recobrar la vista. Quizás otros no se habían atrevido a clamar a Jesús porque no creían que podía sanarlos realmente. O tal vez no lo hicieron por temor a los demás. Estos dos hombres no sabían si Jesús iba a pasar por allí otra vez. Para ellos era ahora o nunca. Asimismo, en la vida de cada uno de nosotros, hay ocasiones que no debemos dejar pasar. Algunas de ellas no se presentan dos veces.
Mientras usted lee este texto, la buena nueva de la salvación le es presentada. Usted no sabe si Jesús se le acercará otra vez para invitarlo a abrirle la puerta de su corazón. Él lo llama una vez más hoy y le dice: “Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). La Biblia nos repite: “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 4:7).
Alguien dijo: “Mañana es la palabra del diablo”. De hecho, solo disponemos del momento presente. Este puede ser decisivo para el resto de nuestra vida. Cada uno es invitado a aceptar ahora mismo a Jesucristo como su Salvador, poniendo la confianza en su obra en la cruz. El instante presente puede determinar su futuro eterno.
¡No deje pasar esta oportunidad!
Éxodo 20 – Hechos 15:1-35 – Salmo 31:9-13 – Proverbios 11:5-6