El Señor está cerca: Lunes 19 Agosto
Lunes
19
Agosto
Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos… Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
Filipenses 3:4-5, 7
La seguridad que da la dependencia en el Señor

Pablo era un hombre confiado. En la primera parte de su vida, su actitud positiva provenía de la confianza que tenía en sus credenciales, es decir, su formación, educación y posición. Sin embargo, su encuentro con el Señor lo llevó a darse cuenta de que esas cosas tenían poco valor. Entonces, ¿cuál era la fuente de su nueva seguridad?

La relación con el Señor Jesús se convirtió en el nuevo fundamento de su vida. Pablo consideró su antigua manera de vivir como un capítulo concluido y abrazó su nueva vida en Cristo. Reconoció la insuficiencia de todo aquello en lo que antes había confiado: su conocimiento, sus logros y su autoridad. Además, renunció a la idea de vivir en independencia de Dios. El apóstol se convirtió en un hombre de acción, viviendo completamente en dependencia del Señor (Gá. 2:20).

La confianza inquebrantable de Pablo en la fidelidad de Dios también jugó un papel fundamental. Creía en las promesas de Dios de fortalecerlo y equiparlo, de guiarlo en cada situación, de suplir todas sus necesidades y de nunca abandonarlo. En medio de las pruebas, Pablo experimentó el poder del Espíritu Santo fluyendo en y a través de él. Gracias a que creía firmemente en las promesas de Dios, pudo enfrentar la adversidad con valentía. Su confianza no se basaba en sí mismo, sino en la presencia, provisión y poder del Señor, por eso se mantuvo firme.

¿Ve ahora por qué usted puede ser un seguidor confiado de Cristo? No importa quién sea usted, qué piense de sí mismo ni cuáles sean sus fortalezas y habilidades. Lo que realmente importa es desarrollar una confianza plena y una dependencia total en Jesús. ¿Cuánta confianza deposita en él?

Tim Hadley, Sr.