El Señor está cerca: Sábado 10 Agosto
Sábado
10
Agosto
Eutico… vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. Entonces descendió Pablo… y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo.
Hechos 20:9-10
Jóvenes en las Escrituras (8) – Eutico (C)

La historia de la caída de Eutico no solo tiene una aplicación moral para nosotros como cristianos individualmente, sino que hay una lección profética en relación con la Iglesia. Mientras escuchaba a Pablo predicar, Eutico se quedó dormido y cayó desde el tercer piso.

En los últimos días de la vida del apóstol Pablo, los cristianos se apartaron de sus enseñanzas (véase 2 Ti. 1:15; 4:10-11), omitiendo elementos importantes de su doctrina. En el siglo 3 de la era cristiana, las verdades acerca de la Iglesia y el inminente regreso de Cristo se habían olvidado casi por completo. De esta manera, “mientras dormían los hombres” (Mt. 13:25), Satanás trabajó para socavar el testimonio cristiano, y la Iglesia se deslizó gradualmente hacia la oscuridad de la Edad Media, tal como el Señor lo había profetizado con las parábolas de la cizaña, la semilla de mostaza y la levadura (Mt. 13:24-33). En estas parábolas, el Señor nos enseña que se requiere vigilancia y esfuerzo para mantener lo que se nos ha confiado. Si no lo hacemos, entonces el diablo sembrará sus imitaciones venenosas. Desafortunadamente, esto es justamente lo que sucedió y sigue sucediendo. Desde un punto de vista humano, podríamos llegar a pensar que el testimonio cristiano, en su verdad y sencillez, se ha perdido por completo. Así como Eutico fue “levantado muerto”.

Sin embargo, Pablo les dijo a los creyentes reunidos en Troas: “No os alarméis, pues está vivo”. De manera similar, Dios despertó a la Iglesia de su letargo durante la Reforma y permitió una completa recuperación de la doctrina de Pablo a principios del siglo 19. Después de que Eutico fue revivido, leemos que Pablo predicó hasta el “alba” (v. 11) -lo cual es una señal profética de que la doctrina de Pablo seguirá vigente hasta la venida del Señor.

Brian Reynolds