Estas palabras de Jesús a sus discípulos: “Dadles vosotros de comer”, pueden parecer insólitas: era él quien iba a cumplir el milagro de la multiplicación de los panes. Él lo sabía, sin embargo, les dijo esto.
Sin duda quería poner a prueba y fortalecer su fe (Juan 6:6). Pidiéndoles que dieran de comer a la multitud, quería asociarlos a su intención de bendecirla. Para él era el momento de mostrarles que Su poder podía obrar, a pesar de la incapacidad de ellos (2 Corintios 12:9).
Pero tal vez había otra razón, sugerida por la frase “tuvo compasión” de la multitud. Mandando a sus discípulos alimentar a la multitud, fue como si quisiera decirles: “Me gustaría que compartieran mi compasión por cada una de estas personas”. Aquí hay una gran lección: solo podemos llevar bendición a otros y ser empleados por Jesús para ayudarlos, en la medida en que compartamos su compasión.
En la lengua original, la expresión “tuvo compasión” dice literalmente: “conmovido en las entrañas”. Esta expresión es muy fuerte. Tratemos de imitar mejor a nuestro modelo, de ser más sensibles al sufrimiento y a las necesidades de los demás. Nuestro Dios desea que nos parezcamos a su Hijo, quien fue “manso y humilde de corazón”, quien tuvo compasión, lloró sobre Jerusalén y oró por los que lo crucificaban.
Jueces 4 – Apocalipsis 4 – Salmo 140:1-5 – Proverbios 29:19-20